domingo, 23 de diciembre de 2012

¡QUÉ PEREZA!

Joooooder, qué pereza!!! Pensaba que ya no volvía, pero parece que todo ha sido una falsa alarma. Cómo puedo ser tan inocente como para creerme la bobada del fin del mundo. Si es que llevo toda la vida siendo un pánfilo, tragándome sin rechistar las fantasías infantiles: que te tomes la sopa que te están viendo los Reyes, que si no duermes bien el ratoncito no te trae el regalo, que si tomas alcohol no te hace efecto la medicina, que si gobierna la derecha se va a acabar la crisis, que en viernes y trece no te cases ni te embarques, que si no bebes después de brindar no se cumple el deseo, que hacia Belén va una burra y un buey, que masturbarse provoca ceguera, que la primera es pabajo y las demás parriba, que los Reyes Magos vienen de oriente o que Fraga y Carrillo eran inmortales.
Pues resulta que nada de eso es cierto y que yo hice el ridículo el otro día con mi despedida y escondiéndome debajo de la cama durante todo el viernes. Vosotros sois los que más habéis perdido porque con el silencio global que hubiera llegado tras el cataclismo, también se habría conseguido callar este soporífero blog. Pero nada, aquí seguimos, metidos en faena, sin maleficios, sin maremotos, sin lotería, sin adelgazar, sin ganas de leer noticias y con resaca, con caries, con el arsenal de petardos listo para todas las fiestas, con el grasiento menú preparado, con los suegros y los cuñaos a la puerta de casa, con el puto árbol en medio del salón y con los bolsillos llenos de cartas para mandar a los Reyes Magos de Al Andalus.
Bueno, que sólo os escribía para decir que de momento no la he palmado y que esta noche, aunque me den un poco de pereza las fiestas, por respeto a los creyentes, pienso ponerme cebón, aunque no tanto como los chicos del FMI, aquí tenéis el menú de su fiesta... Y no os perdáis el documental de elefantes que echan a las nueve en la primera. Pasadlo bien.

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