martes, 20 de diciembre de 2011

EL MÁS LISTO DE LA CLASE

Lo digo en bajo para que no se enteren los de la CEOE y se lo digan a Rajoy. Hoy me he escapado de la ofi para ir a la función de Navidad del peque y allí he coincidido con otros doscientos padres que, a juzgar por sus ridículos atuendos, también se estaban escaqueando del trabajo. Eso, multiplicado por todos los colegios de España, da unas alarmantes cifras de productividad y el país no se lo puede permitir. Acabemos con los puentes, prohibamos las funciones de Navidad, jubilémonos a los 90 años, trabajemos día y noche, sin sonreír, sin disfrutar, que vienen tiempos difíciles y sino nos apretamos el cinturón lo vamos a pasar muy mal, puede acabarse el mundo y lo que es peor, el señor Goldman igual deja de ser de oro.
Se me ha ido la pinza, yo os iba a hablar de ese espectáculo único que es la función de Navidad del colegio. Nosotros ya tenemos una amplia experiencia, pero seguimos disfrutando de ese singular momento de babeo colectivo. Uno llega allí pensando en ver la actuación de su hijo, de hecho los doscientos padres están allí para ver a su hijo, sin importarle a nadie los otros noventa y nueve niños que salen al escenario. Y ver, lo que es ver, ves poco. Intuyes que tu hijo es aquel que vestido de pastorcillo da palmas buscando a sus padres con la vista perdida en el gentío. Lo Intuyes porque para verlo tienes que ir esquivando el centenar de cámaras que flotan sobre el auditorio. Yo a veces me conformo con ver a mi hijo a través de la pantalla del Iphone del de delante. No estoy criticando; yo también soy uno de esos que levanta la cámara y graba un soporífero vídeo de calidad inempeorable. Sin luz, lejos, lejísimos, movido por el parkinson, con el sonido del bebé de al lado llorando, de la abuela de detrás chillando, tapado por la calva del de delante que se levanta para esquivar al de delante que se ha movido para salvar al de delante que ha subido su cámara para grabar a su hijo, que hace rato que en lugar de actuar, saluda a la cámara. Nunca jamás recuerdo haber visto después estos vídeos. Igual estos días hago un remix de un par de horitas y os los pongo con un poquito de roscón.
Lo peor de todo son los comentarios de los matrimonios a la salida: "¿Has visto, era el que mejor lo hacía?... Qué salado, ha nacido para actor... Vaya mierda, no le he dado al Play... Qué graciosa estaba y qué bien baila...  El puto calvo de delante no me ha dejado grabar el vídeo... ¿Te has fijado? era el más guapo de toda la clase..." Todo un repertorio de falta de objetividad y de pérdida de papeles porque era obvio que el más guapo, el más listo, el que mejor hablaba inglés y el que bailaba con más arte era mi hijo Lucito y los demás eran todos bastante feos, por mucho que sus abuelas lloren de emoción al verles cantar los peces en el río en play back. La mare de Deu, qué ácido he empezado las Navidades.

1 comentario:

  1. Aviso, como me pongas el remix ese que dices que vas a hacer te pongo yo el mío, y te recuerdo que Mario ya tiene 25, con lo que tengo actuaciones de todos los colores, la última: la graduación de su licenciatura, toda llena de chicas-velocirraptor, lo digo por los andares con los tacones, que debía ser el primer día que se los ponían. Tengo también el Belén completo, ya que en algún momento alguno de ellos ha hecho uno de los papeles principales, todo tipo de funciones de fin de curso, incluyendo a Antoñito medio en bolas de indio nativo sudamericano, y los conciertos del Orfeón de Denia, del que te recuerdo que mi hija era solista con solo 13 añitos. Así que no me vengas con que tu hijo es el más listo, guapo y el que mejor habla inglés porque no es verdad, son los míos los más guapos, listos y también hablan inglés.

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