miércoles, 18 de julio de 2012

EL ENTIERRO DE LA CULTURA

El I.V.A. de los servicios funerarios y de las flores sube un 13%. Toca no morirse. Estos tipos del gobierno están tontos, si lo que necesitamos es menos gente, menos pensionistas, menos enfermos en los hospitales, que se mueran más españolitos y la economía subirá unas décimas. Pero no, con el IVA al 21% no hay quien se muera.
Bueno sí, han encontrado a alguien que pronto la va a palmar: la cultura.
Esto tiene una explicación de macroeconomía muy lógica. Imagino a Montoro explicándoselo a De Guindos: “Estos son los del cine, los culturetas, los del No a la guerra, que paguen el IVA como todos...je, je, je* (*La conversación aquí transcrita es figurada, no tengo constancia fehaciente de que se haya producido, aunque lo sospecho). Es verdad, por qué leches hay que favorecer a la cultura, el que quiera "vicios" que se los pague. Les entiendo, si para ellos cultura es el monumento de Fabra en el aeropuerto de Castellón, comparto su posición.
Ya se metió el gran tijeretazo en los presupuestos generales del Estado y ya se nos ha olvidado. Tienen tal promiscuidad inventando recortes, que unos van tapando a otros y parece que ya nadie se acuerda del tajo que nos metieron en los derechos laborales, ni el corte sesgado en los presupuestos, y en unas semanas nadie se acordará de la paga de los funcionarios, ni del IVA, ni de na de na. Todo vale, por la herencia recibida y porque hemos vivido durante muchos años por encima de nuestras posibilidades. Eso dicen.
Pero hay recortes que tienen una repercusión inmediata y otros de lenta pero dolorosa cocción. La inversión, en ciencia, en tecnología, en educación y en cultura es a corto plazo muy fácil de reducir, pero tiene unos efectos letales a medio-largo plazo, porque la cualificación de nuestros jóvenes y de nuestros trabajadores baja a pasos agigantados y pasamos a ser un país de mano de obra barata y no de creativos e innovadores con un gran futuro por delante. Pero se ve que esa es la consigna, serán los alemanes los que piensen, los que diseñen y lleven la vanguardia creativa y nosotros competiremos con el tercer mundo como montadores. Esa es la apuesta.
La cultura es sólo una víctima más del tsunami neoliberal. Las salas de cine cerrarán en masa, las productoras ya lo están haciendo, los cineastas harán guiones para coloquios de Intereconomía, los artistas volverán a emigrar a París o Nueva York, los pocos, y a morirse de hambre, los muchos. Qué penita.
Sólo puedo decir que hay que ser muy gañán para dar un golpe mortal como este al mundo de la cultura y que hay que ser muy ruin para aprovecharse hasta de los muertos.

PD. Mi intención hoy era escribir una bienvenida a Ainhoa y Enric, contándoles lo que ha pasado por aquí en sus nueve meses de cautiverio, pero no lo hago porque sino igual deciden volver al zulo... De cualquier modo, ¡Bienvenidos compañeros!

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